Seguramente en alguna ocasión hayas experimentado deseo hacia una persona que está fuera de tu alcance o que debido a diversos factores - distancia geográfica, diferente filosofía de vida, distinto grado de compromiso – resulta casi imposible que puedas estar con esa persona a la que amas.

Es bastante común que, influidos por los mitos del amor romántico, nos embarquemos en relaciones complicadas. La creencia de que un amor es más valioso cuánto más difícil es de alcanzar, se ha visto alimentada a través de la cultura. Canciones, películas, literatura, televisión… nos transmiten ese modelo de relación en que los amantes, separados por diversas circunstancias, logran superar todos los obstáculos y finalmente pueden vivir su amor con plenitud.

Influidos por estos patrones de relación “románticos” es fácil que acabemos repitiendo ese mismo modelo que tenemos tan interiorizado. Pero los mitos, mitos son… y la realidad es que muchas relaciones complicadas pueden llegar a convertirse en una trampa de difícil salida.

Es cierto que el deseo sexual se despierta fácilmente ante la novedad, la dificultad o la imposibilidad. Cuándo alguien a quién deseamos nos lo pone difícil, alcanzar nuestro objeto de deseo supone tal recompensa, nos reporta tal grado de satisfacción… que es fácil quedar enganchados a esa dosis de placer que nos provoca.

En nuestro cerebro este tipo de amores actúan como una droga. Cada encuentro produce altas dosis de dopamina, serotonina o noradrenalina –la llamada química de la felicidad- haciendo que la persona pueda quedar controlada por esas sensaciones de plenitud… momentánea. Porque con los amores imposibles, igual que con las drogas, todo lo que sube en algún momento bajará. Y ¡¡cuidado!! Porque la caída puede llegar a ser muy dolorosa.

Desde Psicolibera, hemos redactado un post en el que te contamos cómo superar un amor imposible y cuándo debemos acudir a terapia. Si quieres saber más, ¡sigue leyendo!

El amor imposible, ¿por qué es tan difícil de olvidar o superar?

Cuando las relaciones de pareja llegan a su fin, la ruptura suele entrañar una parte de dolor inevitable que, tras un proceso de duelo, nos conduce a la aceptación de la nueva realidad.

Sin embargo, un amor imposible que nunca llegó a consumarse del todo, es fácil objeto de idealización. Si se alimenta la esperanza de que esa persona cambie o regrese, podemos quedar atascados en el proceso de duelo y en la no aceptación del final.

Quienes presentan perfiles con baja autoestima pueden ser más propensos a caer de forma reiterada en amores imposibles. Albergar creencias limitantes tales como “no merezco ser amado” o “no soy lo suficientemente valioso”, pueden condicionarnos a elegir amores inalcanzables que confirmen esa idea de no ser digno de un amor real y plenamente correspondido.

Pero esto no significa que vayamos a quedar permanentemente atrapados en este tipo de relaciones. Se pueden aprender nuevas formas de pensar y de actuar que nos permitan avanzar hacia nuevos horizontes. Partiendo de un sano amor hacia uno mismo estaremos en mejor disposición de elegir a una pareja que sanamente nos ame y nos corresponda.

Cada persona es única y por ello es tan importante llevar a cabo un trabajo de reflexión para encontrar las causas que conducen una y otra vez a transitar el mismo camino. Sin embargo, en muchas ocasiones, no podemos hacer frente a estas situaciones solos y es cuando se requiere el apoyo de un profesional.

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