TERAPIA DE PAREJA

Con el amor no basta.

¿Qué hacer cuando surgen los problemas? ¿Cómo mejorar la vida en pareja?


Son muchas las personas que inician una convivencia en pareja llenas de ilusión y de expectativas, convencidas de que la relación les dará la felicidad.

Sin embargo, con el tiempo surgen dificultades que, a pesar del afecto mutuo, podrían generar desgaste e insatisfacción dentro de la relación

Tanto los miembros de la pareja, como la relación, como las circunstancias que les rodean cambian, evolucionan… la vida en pareja pasa por diversas etapas y no siempre es posible adaptarse adecuadamente a los cambios. 

Las crisis pueden superarse con la ayuda adecuada


Existe la creencia de que “el amor lo puede todo” y que si hay amor, las dificultades se superan. Pero la realidad nos demuestra que con el amor no basta. Cuando surgen los problemas, a menudo las parejas se sienten desbordadas por su incapacidad para solucionarlos. Y es que nadie nos enseña a convivir en pareja.

Sin embargo, existen una serie de habilidades que pueden aprenderse en terapia para resolver conflictos, superar las dificultades y comunicarse de una forma más efectiva. Cuando la relación empieza a deteriorarse, es un buen momento para recurrir a alguien ajeno y profesional que os ayude a encontrar soluciones.

Las crisis pueden superarse siempre que exista colaboración por parte de ambos miembros de la pareja y la motivación suficiente para intentarlo. Las crisis de pareja, si se trabajan de forma constructiva en terapia, pueden ser una oportunidad de crecimiento y evolución, tanto a nivel individual como en la relación.

Algunos de los problemas más comunes que trabajo en mi consulta están relacionados con:

  • Mejora de la vida en pareja y adaptación a cambios del ciclo vital.

  • Entrenamiento en habilidades de comunicación y resolución de conflictos.

  • Resolución de problemas derivados de la convivencia (cómo vencer la rutina, cambiar lo que no nos gusta, recuperar momentos de calidad en pareja, reconquistar la pasión, problemas en la distribución de tareas domésticas, problemas para organizar la economía del hogar…)

  • Manejo de conflictos específicos: celos, infidelidad, alejamiento emocional, sensación de incomunicación, de incomprensión mutua, sensación de desatención y falta de cuidados, desencuentros por diferencias en la expresión de afectos.

  • Dificultades en la sexualidad.

  • Apoyo en procesos de separación, divorcios y reconciliación.

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